Para obtener uvas de óptima calidad para nuestros vinos, es muy importante elegir las parcelas con el clima y el suelo que mejor se adapte a las necesidades de cada variedad de uva.

La Denominación de Origen Calificada Rioja se sitúa en el valle del Ebro y se divide en tres subzonas con diferentes climas entre ellas: rioja Alta, Rioja Baja y Rioja Alavesa. El Ebro entra en La Rioja por el noroeste, donde se encuentra la subzona de Rioja Alta, situada a unos 445 metros de altitud, y abandona la comunidad por el este, en Rioja Baja, a 260 metros sobre el nivel del mar. Entre un punto y otro transcurren 120 km. Los viñedos en Rioja se sitúan cercanos a los márgenes del río, y en algunos puntos ascienden por las montañas que delimitan el valle hasta una altura máxima de 700 metros. En Bodegas Beronia, los viñedos se encuentran en la Rioja Alta donde el clima está influenciado por el Atlántico.

 

Otro factor que afectará a los viñedos y sus funciones es el clima, la temperatura influirá en la realización de las funciones del viñedo como la respiración, transpiración y fotosíntesis así como en la maduración de la uva. Con temperaturas elevadas, los procesos biológicos de maduración se aceleran, dando lugar a vinos olorosos y licorosos,  mientras que en zonas de mayor altitud, donde las temperaturas son más bajas, la maduración es más lenta y produce vinos de marcada acidez.

Así mismo la luminosidad, la cantidad de luz solar que recibe la planta, y la pluviometría, cantidad de agua de lluvia, afectarán a la cantidad y calidad de los frutos.

Al igual que sucede con el clima, la vid tiene gran capacidad para sobrevivir en diversidad de suelos, siempre que no sean zonas excesivamente húmedas. Hay diversos aspectos como la estructura del suelo: de arcilla, sílice, caliza… la textura: arcilla, arena… La más adecuada es aquella capaz de mantener buena aireación y respiración de las raíces. La textura, junto con la estructura, determina la posibilidad y facilidad de penetración de las raíces en el suelo, así como el agua y el aire. El color del suelo influirá en su temperatura, la pedregosidad ayudará a la aireación del suelo. La composición del suelo hará que la vid extraiga unos minerales u otros y determinará también la calidad del vino.

En la Rioja Alta, donde se encuentran los viñedos de Bodegas Beronia, podemos encontrar 3 tipos de suelos: Arcillo-calcáreos, Arcillo-ferrosos y aluviales. Las características de cada uno de ellos son:

 

- Arcillo-calcáreos: Suelos ricos en caliza, permeables, difíciles de mecanizar y regar. Están estructurados en forma de terrazas, distribuidos en pequeñas parcelas. Estos suelos producen vinos con alto contenido glicérico y Ph elevado, con buen color. Vinos estables que serán muy aptos para envejecer.

- Arcillo-ferrosos: Estos suelos poseen un contenido moderado en caliza, alomados, rojizos con roca dura y profunda, difíciles de regar y mecanizar. Producen vinos frescos de medio cuerpo.

- Aluviales: Son suelos ricos en grava silícea y caliza, permeables, llanos con bastante profundidad y canto rodado, fáciles de regar y mecanizar. Producen vinos intermedios de ph bajo, con un sabor ácido de origen tartárico.

 

 

Si quieres estar en contacto con el terruño y la vid, ven a visitar nuestras bodegas en Ollauri. Toda la información sobre las diferentes visitas en: http://www.beronia.com/